Con mi caballo pampero
Para el desfile trotando,
con impaciencia yo espero
Y con alegrías brotando.
Cuando sus pupilas observan
La serenidad del campo,
mi corazón se reserva
Y como si en el alma estampo.
La sensación de sus crines
Cuando flamean yo siento
Y que mi pampero mezquina
Es lo que quizás yo presiento.
Se impulsa con fuertes patas
Como desafiando al viento
Y su pechera de plata
Reluce aunque pase el tiempo.
Si cuando llego al establo
Como desafiando al viento
Y su pechera de plata
Reluce aunque pase el tiempo.
Si cuando llego al establo
Y sobre su lomo ensillar
Suspira mientras le hablo
Y ya no puedo callar.
Y espuelas no soy de echarle
El sabe lo que hay que hacer
También yo soy de escucharle
Hasta el anochecer.
FACIÁN SOLÉ
Se nota que hay complicidad entre tu caballo y tu, y sobre todo el cariño que le tienes, también los animales se merecen nuestro respeto, cariño y buen trato,es un poema precioso y qué decir de la imagen, se nota un caballo sanísimo y con mucho brío. Me encantó la dedicatoria que le has hecho, saludossssssssss.
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